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martes, 9 de septiembre de 2014

Caso Pochoclo Biggys

Las historias de emprendimientos exitosos operan en nosotros como una fuente constante de motivación. Es por ello que, a continuación, contaré la historia de Biggys Pop Corn, emprendimiento que nos permite "disfrutar del cine en casa".
Realmente admiro mucho a uno de sus fundadores, Germán Camero, a quien conozco personalmente. Considero que tiene las características ideales de un buen emprendedor, en palabras de él:
- Estar dispuesto a trabajar 30 horas, 8 días por semana
- Estar 100% preparados para el fracaso (lo cual nos permitirá tomar los riesgos necesarios)
- Tener un alto sentido de la intuición A continuación les cuento un poco acerca de este maravilloso emprendimiento. Aguardo sus comentarios!

Germán y Nicolás Camero, y Eduardo Debiase son "los primeros fabricantes de pochoclo listo para consumir". Los hermanos, empezaron a delinear el proyecto en 2005 tras reconocer que en la Argentina, el principal exportador de maíz pisingallo, "no había empresas dedicadas a agregarle valor al producto".

"El mercado ofrecía pochoclo para microondas que solía quemarse. Nosotros nos propusimos trasladar la experiencia del cine al hogar con un producto siempre fresco. Es más cómodo y económico: hoy una salida al cine para cuatro personas supera fácilmente los 150 pesos. Alquilar una película cuesta unos diez pesos y cada bolsa de pochoclo, seis pesos", destacó Germán.

Según señaló, la empresa se armó casi "naturalmente". Nicolás, que distribuía maíz pisingallo, sabía del producto base. Debiase, técnico industrial, fabricaba máquinas y fue el encargado de adaptar equipos. Germán, por su parte, hizo el aporte comercial. "Estudiaba economía en la UADE y por promedio fui seleccionado para el Programa de Detección Temprana de Talentos. Ahí nos ayudaron con el plan de negocios y nos asesoraron durante todo el proceso. El tema era que no había una experiencia similar y no teníamos a quién copiar", recordó el emprendedor.

El trío compró dos máquinas y estuvo 6 meses probando los productos. El capital semilla fue de 100.000 pesos y provino de amigos y familiares. "Siempre tuvimos el apoyo de todos. Un amigo nos prestó un departamento chico en Palermo para empezar. Todas las noches hacíamos bolsas y bolsas de pochoclo porque en ese horario no molestábamos a los vecinos", dijo Germán. "Después llevábamos las bolsas a nuestros amigos para que probaran y estuvimos cambiando los ingredientes hasta lograr que las bolsas quedaran completamente vacías. Por fin, quedaron vacías y vimos que habíamos logrado el pochoclo más rico, capaz de no empalagar a nadie", agregó

Con la fórmula justa, los fundadores de Biggys diseñaron paquetes de 120 y 60 gramos y salieron a vender el producto en las variedades dulce vainilla y salado manteca. En poco tiempo lograron un lugar en "las cadenas más importantes, menos la más grande" y su proyecto logró una facturación anual de 400.000 pesos. El crecimiento les permitió dejar el departamento prestado y montar una planta en Palermo, en la que hoy trabajan seis personas.

Barreras de entrada

La marca se posicionó como el pochoclo oficial de la Cámara de Videoclubes, lo que la ayudó a llegar al interior del país. "Nuestra clave es que siempre estamos atentos al cliente y a los locales. Es más, nuestro primer envase no dejaba ver el producto y lo cambiamos cuando un cliente lo confundió por un envase de galletas de arroz. Además, usamos sólo primeras marcas de materias primas", recordó Nicolás. Según señaló, la otra piedra fundamental del proyecto es la posibilidad de ofrecer un producto siempre fresco ya que la empresa se hace cargo de la reposición en forma gratuita si se supera el mes en exhibición.

Héctor Masoero, académico de la UADE y mentor de Germán, dijo que la competencia no iba a tardar en llegar y llegó. "Antes de empezar nos dijo que armáramos barreras de entrada y lo hicimos a través, por ejemplo, de paquetes con alto impacto visual. Eso dio sus frutos porque las cuatro firmas que aparecieron después no nos afectaron las ventas", recordó el licenciado en Economía. Ahora, ha abierto el juego y por eso lanzó su versión de pochoclo para microondas. Eso le permitirá ganar consumidores en el país y en el exterior. Por otro lado, ha presentado dos nuevos sabores, uno de los cuales "promete empachar a varios amigos más".

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por la publicacion! Muy bueno. Esto nos demuestra que siempre se puede innovar, y no solamente en el producto, tambien en la cadena de distribucion, y muchas otras areas.

Anónimo dijo...

Lo importante de planificar antes, muy bueno!!!

Eliécer Andrei RuizHiguita dijo...

genial... resalto: el apoyo de un mentor y la incondicionalidad de este para la elaboración del Plan de Negocio

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